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Líder comunitario y defensor del medio ambiente en la Sierra Nevada de Santa Marta

Alejandro Llinás Suárez era conocido por su liderazgo comunitario en el sector de Calabazo, ubicado en la Sierra Nevada de Santa Marta. Alejandro fue asesinado el 23 de abril de 2020, cuando tenía 70 años. De origen antioqueño, llegó a la zona en 2012, allí reinició su vida y se destacó por promover la protección del medio ambiente y el ecoturismo. Participó como miembro activo en el movimiento Colombia Humana y en múltiples organizaciones locales, entre ellas la Junta de Acción Comunal de Calabazo Parte Alta.

Además de exigir a las autoridades locales y nacionales adoptar las medidas necesarias para impulsar un plan de manejo sostenible en el Parque Natural Tayrona y la zona de amortiguación de la Sierra Nevada, Llinás denunció la creciente presencia y el accionar de grupos paramilitares en la región. Estas acciones desencadenaron amenazas y agresiones en su contra por parte de actores armados ilegales. En 2016, renunció a su candidatura a la Junta Administradora Local por la lista de Colombia Humana-UP, luego de una agresión que derivó en el envenenamiento y la muerte de varios de sus animales. En el año de su asesinato, el 2020, Alejandro reiteró las alertas a las autoridades acerca de la presencia de actores armados ilegales y una posible connivencia con la Policía Nacional.

Por medio de cartas personales, intentó contactar tanto al gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, como a la alcaldesa de Santa Marta, Vina Johnson. En dichas comunicaciones advertía la creciente influencia de los grupos paramilitares y requería la implementación de acciones tendientes a proteger la zona de amortiguación de la Sierra, además de alertar acerca de los riesgo puntuales contra su vida. El silencio de las autoridades contrastó con el incremento de amenazas en su contra. Esto incluye llamados por parte de miembros de la Policía Nacional. En entrevista con la revista Semana en mayo de 2020, Llinás menciona la comunicación que sostuvo con la policía y en la que señaló: […] “Prácticamente me amenazaron, me dijeron que evitara problemas” […].

Llinás aseguró que las comunicaciones remitidas al gobernador, fueron filtradas a miembros de la policía y esto incrementó el riesgo contra su vida. La cadena de acontecimientos concluyó el 23 de abril de 2020 en horas de la noche, cuando dos hombres armados sacaron a Alejandro a la fuerza de su residencia. A solo cuarenta metros de distancia, cerca de una quebrada le propinaron dos disparos. En el mismo sitio, fue hallado su cuerpo 12 horas después del homicidio. Las llamadas de alerta de Alejando ese día advirtiendo a la policía acerca del riesgo inminente, no fueron escuchadas.

Las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada, grupo paramilitar que se disputa el control de la zona, se atribuyó el asesinado. Por medio de un comunicado, el grupo armado ilegal no solo negó el rol de Alejando como líder comunitario y defensor del medio ambiente, sino que, como mecanismo para justificar el hecho, lo acusó de cometer delitos sexuales. Ante tales acusaciones, organizaciones locales reaccionaron en defensa de Alejandro y revindicaron la importancia de su rol en la comunidad, así como también el impacto simbólico por su asesinato.

Alejandro Llinás y su sueño de aportar en la construcción de un proyecto social y sostenible en la Sierra Nevada de Santa Marta fueron silenciados. Él se suma a la lista de 4 líderes y lideresas que entre enero de 2019 y abril de 2020 fueron asesinados en la región. Una zona de alta riqueza natural y cultural en donde las vulneraciones a los derechos humanos se incrementan a la par con los intereses económicos y comerciales que rodean esta región.

fuentes:

Semana
Hoy Diario del Magdalena
Hoy Diario del Magdalena
Semana
Semana
El Espectador
Semana