Gobernadora del resguardo de Tacueyó Toribío, Cauca
Cristina nació en el seno de la comunidad Nasa, al norte del Cauca. Se graduó de Trabajo Social en la Universidad del Valle en Cali, gracias a su trabajo en diferentes actividades: vendiendo cholaos, cuidando personas mayores y cociendo. Era autoridad del resguardo indígena de Tacueyó y se caracterizó por luchar para eliminar la violencia contra la mujer y defender la soberanía de su territorio Nasa. Se le recuerda por haber dicho: “Si nos quedamos callados nos matan y si hablamos, también. Entonces, hablamos”. Uno de sus sueños era viajar por el mundo.
Después de finalizar sus estudios universitarios Cristina regresó a su territorio natal y poco a poco creó su propio espacio de participación política. En el 2017, hizo parte de la creación del movimiento “Hilando Pensamiento” que fue acompañado por la Universidad del Valle, y se enfocó en abordar y prevenir las violencia contra las mujeres nasas. El trabajo político de Cristina fue en dos direcciones, hacia afuera de su comunidad, resistió a los actores armados que se disputaban su territorio. Hacia adentro de su comunidad, criticó el machismo y trabajó por crear un territorio libre de violencias contra las mujeres.
Cristina fue asesinada el 29 de octubre del 2019, día en que realizaba una labor de vigilancia del territorio con otros compañeros de la guardia indígena. El vehículo en el que se desplazaban Cristina y sus compañeros fue emboscado por hombres armados cuando transitaba por la vereda La Luz del corregimiento de Tacueyó (Cauca). Durante varios minutos los líderes fueron atacados por personas armadas que se desplazaban en una camioneta negra. En el lugar de los hechos no solo fue asesinada la gobernadora sino también otros cuatro miembros de la guardia indígena, cinco compañeros más quedaron heridos: José Gerardo Soto, Asdrubal Cayapu Campo, José Heliodoro Fisuce Guejia y James Wilfredo Soto Taquinas.
Diferentes medios de comunicación informaron sobre la masacre en la que a Cristina le arrebataron la vida, en las imágenes podía verse el carro incinerado y los cuerpos de las personas impactadas por numerosas balas. Más de un año después, el 10 de noviembre del 2020, Miguel Virgilio Orozco Trompeta fue capturado como presunto responsable del hecho. Sin embargo, este hombre solo fue una de las personas que disparó en un contexto de violencia que se ha ensañado contra las comunidades indígenas del Cauca en el marco de luchas por control territorial enmarcadas en el conflicto armado colombiano y el narcotráfico.
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