Líder de juventudes Afro en el Norte del Cauca.
Gilmar Alejandro Possu Arrechea era un líder y activista de la comunidad afro en el Norte del Cauca. Su trabajo organizativo se enfocaba en la protección de los derechos humanos y la construcción de paz a través del deporte. En representación de su municipio Villa Rica, Cauca, participó de la jornada internacional de Jóvenes Activistas Sociales (JAS). Adicionalmente, trabajaba en la Unidad de Niñez y Juventud de la Administración Municipal de Villa Rica, y había liderado el Campeonato de Microfútbol de este municipio. Por medio de su activismo dinamizó procesos de resocialización de jóvenes en riesgo.
Gilmar Alejandro fue asesinado el 8 de diciembre del 2016 mientras se desplazaba en moto cuando regresaba de un concierto de salsa. En un primer momento las autoridades señalaron que se trataba de un asesinato en medio de un robo puesto que el cuerpo fue hallado sin celular y sin billetera, y desapareció la moto en la que se movilizaba Gilmar Alejandro. Diferentes medios de comunicación señalaron que la hipótesis más probable era que el líder habría sido asesinado en medio de un hurto, debido a que en ese entonces en la zona estaba creciendo este fenómeno. El presunto homicida fue hallado y capturado a los pocos días de ocurridos los hechos.
Sin embargo, días previos al hecho, Gilmar había recibido amenazas telefónicas por parte de personas relacionadas con la administración anterior del municipio. De hecho, pocos meses después del asesinato de este lider, la Red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos en Colombia, señaló que los jóvenes de Villa Rica se enfrentaban a muchos riesgos por parte de fenómenos como el paramilitarismo, microtráfico, control político y armado.
Numerosos asesinatos de jóvenes entre los 16 y los 25 años ocurrieron después, y se exacerbaron una vez que la organización paramilitar conocida como “Autodefensas Gaitanistas de Colombia” (AGC) publicaran un panfleto el 20 de abril del 2017 en el que anunciaban una estrategia de limpieza social y control armado de la población del municipio. El asesinato de jóvenes en esta población ha sido una herramienta de los grupos armados para enviar un mensaje a quienes se resisten al control territorial que generan en las zonas.
En el marco del conflicto armado, social y político de Colombia, los líderes sociales que realizan trabajo comunitario con jóvenes han sido objeto de violencia por parte de grupos paramilitares dado su interés en generar dependencia económica, incentivar el microtráfico y engrosar sus filas en los territorios en los que hacen presencia. Los líderes y las lideresas jóvenes en Colombia han sido fundamentales para resistir a la violencia y construir la paz en los barrios y las veredas del país.
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