Karla era una mujer trans de 31 años, miembro y líder de la comunidad LGTBQ+ y trabajadora sexual en Cúcuta. Trabajaba con la Asociación de Chicas Trans de Norte de Santander (Fundación Asotransnor Cúcuta) para combatir la violencia a la que ella y su comunidad se enfrentaban. Luchaba por los derechos de lxs trabajadores sexuales, víctimas del conflicto armado, habitantes de la calle y consumidores de las drogas. Después de sufrir dos atentados en Octubre y Diciembre 2016, fue asesinada el 1 de enero 2017 por dos hombres en su sitio habitual de trabajo.
Aunque la Constitución y la ley colombiana reconocen y protegen los derechos de las personas LGBTQ+, así como los derechos de lxs trabajadores sexuales, la realidad cotidiana está muy lejos de la postura legal. Desde 2016, al menos 545 personas LGBTQ+ han sido asesinadas en Colombia, mientras que 298 han sido víctimas de la brutalidad policial. En ambos casos 50 de ellas eran trabajadoras sexuales. La discriminación, la estigmatización, la criminalización, la violencia, el abuso y la negación del acceso a los servicios públicos son problemas comunes que enfrentan los trabajadores sexuales LGBTQ+.
Las organizaciones de la sociedad civil identifican a la fuerza pública (policía) y a los grupos armados ilegales (paramilitares) como los principales responsables de la violencia contra la comunidad LGBTQ+ y lxs trabajadores sexuales. La policía suele violar los derechos de los trabajadores sexuales LGBTQ+ y abusar de ellos violentamente para su propio entretenimiento. A su vez, los paramilitares utilizan la violencia para controlar la prostitución y la explotación sexual para obtener beneficios económicos.
Dados los abusos sistemáticos por parte de la policía y los paramilitares (véase el post anterior) y la discriminación de las instituciones estatales a la que se enfrentan las trabajadoras sexuales LGBTQ+ y especialmente las trans, la protección que pueden ofrecer las organizaciones de base es a menudo vital. Organizaciones como la Red Comunitaria Trans, Colombia Diversa y Fundación Asotransnor Cúcuta, donde trabajaba Karla, construyen importantes redes de apoyo y protección, además de abogar por los derechos de las personas trans y las trabajadoras sexuales.
Además de ser a menudo la principal fuente de protección frente a la violencia, ayudan a acceder a los servicios públicos, ofrecen capacitaciones, asesoría y consejo legal, e impulsan políticas públicas inclusivas de diversos géneros e identidades, entre otros. También crean espacios de diálogo y cooperación para dar a conocer las luchas de las poblaciones LGBTQ+, y para desafiar los estigmas y cambiar los sentimientos conservadores, patriarcales y anti-LGBTQ+ de la sociedad colombiana, que son la raíz del abuso y la violencia.
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Hay varias fuentes de información y organizaciones que trabajan con víctimas del conflicto en Colombia.
Por ejemplo puedes visitar “Somos defensores”.
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