Líder cultural de Tumaco, Nariño
Lucy Villarreal era una lideresa cultural en el municipio de Tumaco, Nariño. Además, era la madre de dos niñas y ejercía como licenciada en artes visuales de la Universidad de Nariño. Dedicó su trabajo a la gestión cultural, la prevención de las violencias contra las mujeres y la protección de los derechos humanos. Recientemente había coordinado la exposición “Mujeres Sur y Vida” que destacaba el trabajo de las mujeres en la defensa de los derechos humanos. Además, estaba vinculada a la Fundación Cultural Indoamericanto, a través de la cual impartía talleres de música y danza para los participantes del carnaval de negros y blancos en su departamento, un carnaval que conmemora la historia cultural de Colombia.
El 23 de diciembre del 2019, Lucy fue asesinada después de que terminaba de dictar un taller para niñas y niños de Llorente, una vereda del municipio de Tumaco. Cuando se disponía a regresar a la ciudad de Pasto, donde residía, fue abordada por dos hombres que le dispararon frente a más de una decena de personas que, como ella, se encontraban esperando para subir al transporte público. Dado que Lucy no había recibido amenazas, una teoría es que el atentado iba dirigido a otra persona. Organizaciones sociales no tardaron en expresar el dolor que generó el asesinato de Lucy y señalar su importancia para la cultura del departamento. Su hija publicó en una red social: “Te vas siendo la mejor persona, la que llenaba con su sonrisa el alma de cualquier persona (...) hoy partes con gran dolor”.
La situación de orden público del departamento de Nariño, se ha caracterizado por las tensiones generadas por el conflicto armado, que afectan principalmente la costa pacífica y la cordillera del territorio. En estos lugares hacen presencia grupos residuales de las FARC, integrantes de la guerrilla del ELN y organizaciones armadas dedicadas al narcotráfico. El accionar de estos grupos armados se ha agudizado como reacción a los procesos de sustitución de cultivos de uso ilícito que se han iniciado en el marco de la implementación de los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP.
En este contexto, el asesinato de líderes sociales se ha convertido en una práctica persistente en el departamento con el fin de consolidar el control social y territorial de los actores armados. El departamento de Nariño sigue enfrentando las tensiones generadas por los procesos de sustitución de cultivos de uso ilícito.
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Hay varias fuentes de información y organizaciones que trabajan con víctimas del conflicto en Colombia.
Por ejemplo puedes visitar “Somos defensores”.
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